Las
puertas de la iglesia de San Juan de la Palma se abrían a las siete de
la mañana. Tras la Cruz de Guía numerosos hermanos que quisieron
acompañar con cirios a su imagen titular. La Virgen aparecía sola en
el palio sin el acompañamiento habitual del Discípulo Amado, con un
exorno floral a base de crisantemos blancos tan propios de este mes de
noviembre.
El itinerario seguido fue plaza de San Juan de la Palma, Santa Ángela
de la Cruz, Imagen, Plaza de la Encarnación, Laraña, Cuna, Plaza del
Salvador, Alvarez Quintero, Entrecarceles, Plaza de San Francisco,
Hernando Colón, |
Alemanes,
Placentines, Plaza Virgen de los Reyes, entrando en la Catedral por la
Puerta de Palos.
Hoy, como hace cincuenta años, la Virgen de la Amargura lucía espléndida
con la corona de oro que diseñara Cayetano González para la
Coronación de la Virgen el 21 de noviembre de 1954, por el Cardenal
Segura y Saenz.
Destacar los magníficos reposteros confeccionados por la Hermandad con
las letanías lauretanas que engalanaban el recorrido hasta el templo
Metropolitano.
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