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Pontificia, Real e Ilustre Hdad. Sacramental Purísima Concepción Ánimas Benditas del Purgatorio, San Sebastián Mártir y Archicofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Exaltación y Nuestra Señora de las Lágrimas |
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Imagen de candelero para vestir |
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La imagen cotitular de la hermandad de la Exaltación ha gozado siempre
de una especial devoción popular. Diversos avatares históricos abundan,
a lo largo del presente siglo, sobre este particular. En 1913, fue
sustituida por otra Dolorosa donada por el cofrade José Castro y
Mendoza. Aquella efigie mariana, al parecer de procedencia malagueña,
llegó a procesionar entre 1914 y 1933. Posteriormente, en 1937, pasó a
la hermandad de San Bernardo, ya que dicha corporación penitencial había
perdido sus titulares en los lamentables sucesos de 1936. Desconocemos
su actual paradero, tras haberse encargado en 1938 la Dolorosa del
Refugio a Sebastián Santos Rojas. |
Sin embargo, en 1969 se intentó nuevamente el sustituirla por otra Dolorosa de Álvarez Duarte. Ante tal situación, la repulsa de cofrades, feligreses y devotos fue unánime. Actitud que debió influir grandemente en la Junta de Gobierno, ya que el Cabildo General de 30 de noviembre del citado año desestimó tal pretensión. |
Lágrimas de Exaltación |
La
Virgen de las Lágrimas, si bien carece de un concepto idealizado de
belleza, sí es imagen de profunda expresividad y unción sagrada. Su
mascarilla y manos exhiben caracteres propios de la centuria
dieciochesca, a la que puede adjudicarse su ejecución. Su
título hace alusión a «las lágrimas que derramó la Santísima
Virgen al presenciar la dolorosa escena del Gólgota». Lágrimas
abundantes surcan las lívidas mejillas de María, cuyo corazón
transido por el dolor, es ofrecido en holocausto por los padecimientos
de su Hijo. Cobra así plena significación el pañuelo con que enjuga
sus lágrimas la Corredentora. Ese manípulo es la expresión paralela
de la patena, en la que el sacerdote presenta la ofrenda del divino
sacrificio. María es así la Virgen oferente durante la Pasión,
asociándose a la inmolación de la Víctima por Ella engendrada. Ricardo Comas adaptó a esta sentida Dolorosa sevillana un nuevo candelero en 1954. |
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Poesía a Ntra. Sra. de las Lágrimas |
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En
Siracusa la Virgen, ¡Que
bien se encontró la Virgen Nadie
sabe si los ángeles Nadie
sabe como vino, Esa
Virgen soberana La
Virgen bajó a Sevilla Antonio Rodríguez Buzón |
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