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Real, Antigua, Ilustre y Fervorosa Hermandad Sacramental, Inmaculada Concepción de Nuestra Señora, Santa Espina de Nuestro Señor Jesucristo, Animas Benditas, Nuestra Señora de la Esperanza Divina Enfermera y Cofradía de Nazarenos de la Sagrada Lanzada de Nuestro Señor Jesucristo, Nuestra Señora de Guía, San Juan Evangelista y María Santísima del Buen Fin |
Imagen de
candelero para vestir |
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Esta
talla vino a sustituir a otra del mismo título gubiada también por
Illanes en 1931, y que procesionó en su paso de palio la tarde del
Miércoles Santo de ese mismo año. Cuarenta años después, el 3l de
julio de 1971, se bendecía la nueva imagen destinada a formar parte del
misterio de la Sagrada Lanzada de Nuestro Señor Jesucristo. Responde
al modelo iconográfico del "Stabat Mater", es decir,
María al pie del Santo madero, erguida y con el semblante doliente,
dirigiendo la llorosa mirada hacia su Hijo, cuyo pecho ya ha sido
traspasado por la lanza de Longinos. Se
trata de la última imagen creada por Antonio Illanes para la Semana
Santa de Sevilla, no contándose entre lo más inspirado de su
producción. Aun así, compone adecuadamente con el Misterio de la
Lanzada, que no ha perdido el sabor decimonónico de |
antaño, a pesar de las numerosas remodelaciones que ha sufrido. Esta advocación de Guía es una de las primitivas de la Hermandad, conociéndose otrora como la de "Guía y Lanzada". Sin duda, se trata de una titulación gloriosa, pensando Bermejo en un posible origen de la Cofradía como corporación de luz. |
Guía de los Cristianos |
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Ante
el notorio éxito artístico obtenido en 1929 por el escultor Antonio
Illanes con la efigie del Cristo de la Lanzada que había tallado para
esta corporación, y que tan satisfecha había dejado al conjunto de la
misma, se decidió encomendar al mismo artífice la construcción de la
nueva imagen de la Virgen de Guía. La talla que gubió este artista
respondía al prototipo juvenil tan querido en Sevilla desde el
Romanticismo, pero con una fuerte carga de dolor, centrada especialmente
en sus expresivos ojos hundidos, con la mirada baja y abstraída y la
boca trémula, siendo bendecida el día 24 de marzo de 1931 en la
iglesia de San Gregorio. |
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No
obstante esta imagen, primera Dolorosa del catálogo de Illanes, no
consiguió, al contrario que el Crucificado, convencer a los cofrades,
entre los cuales, además, se alzó un auténtico clamor porque fuera la
venerada efigie de María Santísima del Buen Fin, la que saliera bajo
palio, toda vez que era el gran centro devocional de la institución y
la que secularmente había venido procesionando así hasta 1864. |
Por todo ello en 1936 la cofradía decidió sacar bajo palio a la Virgen del Buen Fin, encargando al propio Antonio Illanes que reformara la imagen de Guía y la hiciera mirar hacia arriba, con objeto de disponerla en el paso de misterio al pie de la cruz. Esta intervención debió hacerse con ciertas prisas y, posiblemente, contra los deseos del escultor, por lo que la misma fue un tanto rudimentaria y consistió básicamente en ampliarle la apertura palpebral e introducirle un añadido en cuña en el cuello para que la cabeza quedara hacia atrás, consiguiéndose el extraño efecto de una imagen con la cabeza en esta postura y la mirada baja que no dejó a nadie satisfecho. De esta misma forma procesionó la hermandad los tres años siguientes, tomándose el acuerdo de suprimir el paso de palio en 1940, fecha en la que la efigie de María Santísima del Buen Fin volvió a mudarse a las andas del Cristo y la de Nuestra Señora de Guía fue suprimida y retirada del culto. |
Historia de las Imágenes de Ntra. Sra. de Guía |
En
1970, ante
la inminencia del estreno de un nuevo palio,
se
decidió restituir la antigua Virgen de Guía al conjunto del paso de
misterio, pero las pruebas que se hicieron no convencieron a nadie, dado
el aspecto cuanto menos extraño que presentaba esta imagen tras la
forzada intervención de 1936, por lo que se decidió someterla a una
reforma de las que se estilaban en aquellas fechas. Antonio
Illanes remodeló su obra de juventud. No obstante el resultado no fue
nada satisfactorio. La
corporación decidió encargar al propio escultor umbreteño la talla de
una nueva imagen. Esta vez e! ya anciano escultor concibió una efigie
con la mirada elevada, repitiendo, con mínimas variantes, el modelo
que, bajo el título de Nuestra Señora de la Amargura, había creado
hacia 1960 para Aracena (Huelva).Se trataba de una imagen de aspecto
juvenil, pero no aniñada, bastante alejada de los cánones de belleza
sevillanos, que más que signos de dolor manifestaba un sentimiento de
sorpresa y aturdimiento, causando un efecto realmente extraño. Fue tan
negativo e! impacto que esta imagen causó entre la mayoría de los
cofrades que, |
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ante esta presión, la Junta de Gobierno tuvo que devolver la misma al artista a los pocos meses para que le retocara los ojos, cambiara las pestañas y retallara las manos totalmente. Se
decidió en la hermandad que de manera discreta, se procediera a una
reforma de la imagen de Antonio Illanes, tarea que efectuó D. José
Rodríguez Rivero-Carrera y que consistió en un fruncido de las cejas,
retoque de los ojos y de la comisura labial para dotar a la talla de una
expresión de dolor de la que carecía. Aunque pueda parecer increíble
tampoco contentó a nadie el nuevo aspecto, así que, aprovechando que,
por efecto. de las condiciones ambientales, los pigmentos y el barniz de
la encarnadura se torcieron, en 1985 se la volvió a llevar al taller de
RiveroCarrera quien en esta ocasión, ante la insistencia de la
cofradía, se vio obligado a retallar el rostro de la efigie,
conservando de la obra original únicamente el labio superior y las
manos, siendo ésta la imagen de Nuestra Señora de Guía que conocemos
en la actualidad y que debe considerarse como obra del aludido Sr.
Rodríguez Rivero-Carrera, dada la profundidad de la intervención. |
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