Esta pintura de la Inmaculada pasa por ser una de las mejores obras de Domingo Martínez, fechada y firmada en 1733, se conserva en la iglesia de San Lesmes de Burgos, y que debió ser encargada al artista por algún sevillano residente en dicha ciudad. Es obra que muestra una diluida impronta murillesca, a la que el artista ha añadido un sentido de elegancia que deriva de la pintura francesa, con la que Martínez había conectado durante la estancia de la Corte en Sevilla. Rodean a la Virgen doce medallones orlados por delicadas guirnaldas de flores sostenidas por ángeles en los que se narran escenas de la vida de la Virgen, que trascurren desde su nacimiento hasta su coronación en los cielos.
  Exposición Inmaculada 150 años de la Proclamación del Dogma. Obras maestras: Pintura