Convento de Capuchinos. Sevilla

Foto: Rafael Márquez

 

La imagen de la Divina Pastora de Capuchinos pertenece a una época relativamente reciente, fines del siglo XVIII o principios XIX, existiendo una cierta controversia documental respecto a quién pueda haber sido el autor de esta venerada efigie. Lo que sí parece seguro es que no fue realizada en Sevilla, sino que proviene de Cádiz. El padre fray Juan Bautista de Ardales, preclaro investigador de temas pastoreños revisó diversos testimonios, sacando en conclusión que se debe a José Fernández Guerrero, teniente director de escultura de la Academia gaditana de Nobles Artes.

La Divina Pastora en su camarín. Foto: Rafael Márquez

Ello explicaría el estilo neoclásico visible en la obra, pues entonces los organismos artísticos oficiales abogaban por las formas helénicas.
Naturalmente, al tratarse de una figura para vestir, estas formas sólo se manifiestan en su rostro, el cual ofrece corte griego, subrayado por su perfil rectilíneo y por el correcto dibujo de sus facciones. Aun cuando se ha querido ver en ellas el trasunto preciso de algún modelo de la estatuaria antigua ateniense, y hasta se ha citado para el propósito la Venus de Praxiteles del Museo Vaticano o la Atenea Lemnia de Fidias, creemos que todo intento de semejanza específica con originales determinados de esta clase, constituye una exageración; pues sin descartar cierto parecido fisonómico, la distancia en el tiempo y el hecho de representar a la Madre de

Dios, lo alejan sensiblemente de las producciones paganas.
Por otra parte, tales producciones se habían materializado con preferencia en mármol o en bronce, y al ser de madera policromada, muestra una espiritualidad bien distinta, más acorde con el tradicional barroquismo andaluz que con los rígidos e inflexibles postulados clásicos.
Resulta imponderable el encanto que tiene su guapísimo semblante, el cual todavía saldría ganando más en pureza artística si le suprimieran los innecesarios trozos de melena postiza que le añaden por encima de su auténtica cabellera tallada. Esta, desde luego, es muy escueta y simple, pero con la suficiente entidad para no necesitar suplementos.
Las mejillas ofrecen una dulce coloración pálida, de aspecto nacarado y marfileño, sin chapetas ni rojeces inoportunas, cual corresponde a su estilo artístico y a su deífico porte de "sevillana griega"

 

Reatauraciones

 

En Junio-Julio de 1956 fue restaurada por Sebastián Santos, quien le puso ojos nuevos. En una pequeña libreta de este escultor, donde anotaba irregularmente sus memorias, recordamos haber leído que durante la estancia en su casa la Divina Pastora le hizo un gran favor, y por eso creemos que no quiso cobrar su trabajo. Emocionante detalle, que nos habla de la gran espiritualidad de este artista, el cual no se limitaba a trabajar en los encargos que le confiaban, sino que invocaba humilde y confiadamente el auxilio divino.
El propio Sebastián Santos hizo los corderos que acompañan a la Virgen.
Sustituyen a los anteriores, que eran de aspecto convencional y tosco.
Durante el último trimestre de 1982 Francisco Suiza le ha hecho nuevo cuerpo a la Virgen, incluso con una leve insinuación de su forma

Paso de la Divina Pastora. Foto: Rafael Márquez

escultórica, para reemplazar al viejo y deteriorado maniquí. También le ha levantado ligeramente la postura de la cabeza, de una forma casi imperceptible, pero que le presta mayor soltura y naturalidad.
Mide actualmente 1,12 m.

 

El paso

 

Paso de la Divina Enfermera ante la  iglesia de la Misericordia.  Foto: Rafael Márquez

Estrenado en Mayo de 1957, es de primoroso estilo rocal_a. S,u ejecución significó un verdadero logro, pudiendo contarse entre los pasos de Gloria mas acabados y lujosoS de nuestra capital, aunque la masa del público no haya reparado nunca en sus muchos méritos.

Mide aproximadamente cuatro metros de largo por dos de ancho y dos de altura, en cuyas dimensiones va contenido todo un auténtico programa de exaltación lírico-religiosa de María como Madre del Buen Pastor, redactado bajo la sabia dirección del padre Ardales.
Los respiraderos están labrados en grandes tarjas (o cintas ,asimétricas e irregulares), que parecen rizados pellejines, muy sabrosos, coruscantes y apurados de talla.

Lo salpican numerosos motivos vegetales (que no se aprecian a primera vista bajo el disfraz del oro), en evocación del pradería místico sobre el cual se apacientan los ganados. Cuatro bajorrelieves policromos cortan la monorritmia de estas bandas horizontales, mereciendo citarse el que representa la Visión de la Pastora por el padre Isidoro, donde aparece el interior de la iglesia del Convento con los cuadros de Murillo que antes engalanaban sus altares, reproducidos a diminuta escala con sorprendente y jugosa pericia caligráfica.

Hermosas hornacinas en los ángulos, rematadas por doseletes conchiformes, abrigan las figuras de "San Joaquín", padre de Nuestra Señora y abuelo del Pastor Divino; "San Juan Bautista Niño", que anunciaría a su Primo como Cordero de Dios; "Santa María Francisca de las Cinco Llagas", sosteniendo bajo el manto el cuadro de la Divina Pastora con que obró multitud de prodigios e introdujo su culto en Nápoles y en todo el Reino de las Dos Sicilias; y el "Beato Diego José de Cádiz", gran apóstol de la advocación en España, que la llevó a todas las misiones y logró que el título fuese elevado a fiesta litúrgica.

En la sobrepeana o canastilla de superficie convexa, vuelven a repetirse los simbolismos relacionados con la Mística Pastora, ahora bajo la forma de pequeños óvalos, delicadamente trabajados al óleo sobre pan de oro esgrafiado, y así vemos: En el frontal, a Pío VI con un grupo de capuchinos, entre ellos el Beato Diego, otorgando la institución de la fiesta canónica; en el costado izquierdo, la solemne coronación de la imagen titular sevillana, oficiada el año 1921 por el obispo de Ostracine; en el derecho, la coronación canónica de la efigie del mismo título en Barquisimeto (Venezuela), y en el de atrás, a Benedicto XV, decretando como titular de la iglesia capuchina de Sevilla a la Madre del Buen Pastor (advocación que desde 1920 quedó añadida a la ya existente de Santa Justa y Rufina).

Bibliografía:  Hermandades de Gloria de Sevilla. Juan Martínez Alcalde.

 

 [ Glorias: Divina Pastora de Capuchinos ]

 [ Besamanos a la Divina Pastora. 6 de enero 2005 ]

 [ Besamanos a la Divina Pastora. 6 de enero 2008 ]

 [ Procesión de la Divina Pastora de Capuchinos 2003 ]

 [ Procesión de la Divina Pastora de Capuchinos 2004 ]

 [ Procesión de la Divina Pastora de Capuchinos 2008 ]

 [ Procesión de la Divina Pastora de Capuchinos 2013 ]

 [ Novena a la Divina Pastora de Capuchinos. 2008 ]

 [ Coronación Canónica 22 Mayo 1921- 23 Mayo 2004 ]

 [ Navidad 2004. Belén con la Divina Pastora de Capuchinos ]

 [ Besamanos a la Divina Pastora: Belenes Cofradieros ]

 [ Santoral Cofrade: Madre del Buen Pastor ]

 [ Vía Crucis de la Virgen de los Dolores de Capuchinos. 2008 ]

 [ Besamanos a Ntra. Sra. de los Ángeles de Capuchinos. 2008 ]

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