9 de Abril 2009*

En la tarde del Jueves Santo se conmemora la Cena del Señor. Es la Cena de Pascua y de adiós. Cena que proyecta su misterio hasta el Calvario, hasta la victoria de la resurrección a través de los tiempos, hasta que Él vuelva. 

La Sagrada Cena. Francisco Varela
 Hdad. Sacramental de San Bernardo. Sevilla

El Triduo Pascual se abre con el Jueves Santo, un momento fundamental para el calendario litúrgico y nuestra vida de cristianos, pues en este día recordamos que Jesucristo es modelo de humildad al lavar los pies de sus discípulos, recordándonos que Él no vino a ser servido, sino a servir. Este ejemplo de Nuestro Señor se recuerda en el Jueves Santo para subrayar la importancia que tiene la virtud de la Humildad en nuestra vida de seguidores de Jesús. Tras el lavatorio de pies, el Jueves Santo debemos recordar la Institución de la Eucaristía: el Sacramento de Sacramentos.
La noche del Jueves Santo se torna oscura con la Oración del Huerto. La contemplación del dolor de Nuestro Señor comienza a estremecernos y nos prepara para comprender la profundidad de la Pasión del Señor.

    La Última Cena.    Evangelio de San Marcos 14. 12-21

Señor de la Sagrada Cena. Obra de Sebastián Santos
 Iglesia de los Terceros. Sevilla

"El primer día de los Azimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dicen sus discípulos: «¿Dónde quieres que vayamos a hacer los preparativos para que comas el cordero de Pascua?»
Entonces, envía a dos de sus discípulos y les dice: «Id a la ciudad; os saldrá al encuentro un hombre llevando un cántaro de agua; seguidle y allí donde entre, decid al dueño de la casa: "El Maestro dice: ¿Dónde está mi sala, donde pueda comer la Pascua con mis discípulos?"
El os enseñará en el piso superior una sala grande, ya dispuesta y preparada; haced allí los preparativos para nosotros.»
Los discípulos salieron, llegaron a la ciudad, lo encontraron tal como les había dicho, y prepararon la Pascua.

Y al atardecer, llega él con los Doce. Y mientras comían recostados, Jesús dijo: «Yo os aseguro que uno de vosotros me entregará, el que come conmigo.»
Ellos empezaron a entristecerse y a decirle uno tras otro: «¿Acaso soy yo?»
El les dijo: «Uno de los Doce que moja conmigo en el mismo plato.

Porque el Hijo del hombre se va, como está escrito de él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado! ¡Más le valdría a ese hombre no haber nacido!»"

    Institución de la Eucaristía.   Evangelio de San Marcos 14. 22-31

"Y mientras estaban comiendo, tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio y dijo: «Tomad, este es mi cuerpo.»
Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio, y bebieron todos de ella.
Y les dijo: «Esta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos.
Yo os aseguro que ya no beberé del producto de la vid hasta el día en que lo beba nuevo en el Reino de Dios.»

Y cantados los himnos, salieron hacia el monte de los Olivos.
Jesús les dice: «Todos os vais a escandalizar, ya que está escrito: Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas.
Pero después de mi resurrección, iré delante de vosotros a Galilea.»
Pedro le dijo: «Aunque todos se escandalicen, yo no.»
Jesús le dice: «Yo te aseguro: hoy, esta misma noche, antes que el gallo cante dos veces, tú me habrás negado tres.»
Pero él insistía: «Aunque tenga que morir contigo, yo no te negaré.» Lo mismo decían también todos."

Estación de penitencia de la Hermandad de la Cena
Sevilla. Fotos: Rafael Márquez

    Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida.   Evangelio de San Juan 14. 1-11

Monumento del Jueves Santo. Hdad. Sacramental de la Iglesia de Santa María Magdalena. Sevilla

«No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí.
En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar.
Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros.
Y adonde yo voy sabéis el camino.»
Le dice Tomás: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?»
Le dice Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí.
Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto.»
Le dice Felipe: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta.»

Le dice Jesús: «¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"?

¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta; el Padre que permanece en mí es el que realiza las obras.
Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Al menos, creedlo por las obras.

     Evangelio de San Juan 17. 1-5

"Así habló Jesús, y alzando los ojos al cielo, dijo: «Padre, ha llegado la hora; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti.
Y que según el poder que le has dado sobre toda carne, dé también vida eterna a todos los que tú le has dado.
Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo.
Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar.
Ahora, Padre, glorifícame tú, junto a ti, con la gloria que tenía a tu lado antes que el mundo fuese."

Señor de la Sagrada Cena.  Sevilla

    Yo soy la vid verdadera.   Evangelio de San Juan 14. 1-11

Altar de la Hdad. de la Cena en el Corpus de Sevilla

«Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto.
Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado. Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada.
Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden. 

Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis.
La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos.

    Mandamiento del Amor.   Evangelio de San Juan 15. 9-14

Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado. Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.

La Última Cena. La imagen del Señor se debe a Sebastián Santos Rojas en 1955, mientras que el apostolado es obra de Luis Ortega Brú. Iglesia de Ntra. Sra. de Consolación (vulgo de los Terceros). Hdad. de la Sagrada Cena.

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[ El Señor de la Sagrada Cena en el Corpus 2008 ]

[ Estación de penitencia. Semana Santa 2005 ]

[ Besapié al Señor de la Sagrada Cena. 2008 ]

[ Triduo al Señor de la Sagrada Cena. 2008 ]

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