En
Pentecostés tiene lugar la romería más famosa y tumultuosa de nuestro
país, a su santuario acuden más de cien hermandades filiales y casi un
millón de romeros.
La vestimenta habitual de la imagen es la de Reina
de los Cielos. Una vez cada siete años se viste a la Virgen de pastora
para peregrinar a Almonte. El origen de esta imagen data del siglo XV. Es
una de las muchas imágenes escondidas durante la invasión musulmana. La
talla policromada del siglo XIII, de indudable influencia gótica
representa a la Madre de Dios en pie mostrando al Niño.
La leyenda refiere como comenzó a ser adorada la imagen actual con su
primitiva advocación, entrado el siglo XV, se encontraba un hombre,
Gregorio Medina, natural de Villamanrique, que había salido a cazar, en
el término de la villa de Almonte, en el lugar conocido por las Rocinas,
cuando notó que entre la maleza había algo, puesto que sus perros
ladraban pero no se atrevían a entrar. El hombre penetró, aunque a costa
de no pocos trabajos, y, en medio de las espinas se encontró con la
imagen de la Virgen, colocada sobre el tronco de un árbol. La talla
estaba vestida como una peregrina, de color blanco y verde. Cargó con la
imagen y encaminó sus pasos hacia la villa de Almonte, distante tres
leguas de aquel sitio, pero no resultaba fácil, había sido tanto su
esfuerzo que, agotado, se recostó y se durmió. Cuando despertó, la
imagen no estaba junto a él. Volvió a las matas y descubrió que la
imagen se encontraba otra vez en el sitio donde la había hallado. Bajo al
pueblo, contó lo sucedido y, acompañado del clero y el cabildo, regresó
al lugar del hallazgo donde, para sorpresa de todos, se pudo comprobar que
el cazador había dicho la verdad. Rescataron la imagen y la pusieron en
la Iglesia Mayor de dicha villa. Posteriormente se construyó una pequeña
ermita bajo la advocación de la Virgen de las Rocinas, hasta que en
1653
se cambió esa denominación por la actual de Ntra. Sra. del Rocío. Ese mismo año se la proclamó
patrona de Almonte.
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