13 de Diciembre

Sta. Lucía. Iglesia de Santa Catalina
Foto: Rafael Márquez

Lucía significa: "la que lleva luz".
A esta santa se la suele representar con una bandeja con dos ojos, porque antiguas tradiciones narraban que a ella le habían sacado los ojos por proclamar su fe en Jesucristo.
Nació y murió en Siracusa (ciudad de Italia), en la cual se ha encontrado una lápida del año 380 que dice: "N. N. Murió el día de la fiesta de Santa Lucía, para la cual no hay elogios que sean suficientes". En Roma ya en el siglo VI era muy honrada y el Papa San Gregorio le puso el nombre de esta santa a dos conventos femeninos que él fundó (en el año 590).

Dicen que cuando era muy niña hizo a Dios el voto o juramento de permanecer siempre pura y virgen, pero cuando llegó a la juventud quiso su madre (que era viuda), casarla con un joven pagano. Por aquellos días la mamá enfermó gravemente y Lucía le dijo: "Vamos en peregrinación a la tumba de Santa Águeda. Y si la santa le obtiene la curación, me concederá el permiso para no casarme". La madre aceptó la propuesta. Fueron a la tumba de la santa y la curación se produjo instantáneamente.

Desde ese día Lucía obtuvo el permiso de no casarse, y el dinero que tenía ahorrado para el matrimonio lo gastó en ayudar a los pobres. Pero el joven que se iba a casar con ella, dispuso como venganza acusarla ante el gobernador de que ella era cristiana, lo cual estaba totalmente prohibido en esos tiempos de persecución. Y Lucía fue llamada a juicio. Finalmente fue torturada y de un golpe de espada le cortaron la cabeza.
Por siglos ha sido muy invocada para curarse de enfermedades en los ojos.

    Santa Lucía Virgen y Mártir, abogada de las enfermedades de la vista

En Sevilla existe una hermandad que tiene como titular a Sta. Lucía. No se conoce el autor de la bellísima imagen, que podemos apreciar en las fotos superiores, obra de extraordinaria elegancia, anónima, de la escuela barroca sevillana. Sentida expresión, celestial arrobo, empaque compositivo, sutil dinamismo en el manteo o dibujo de los ropajes, perfecto trazado morfológico.

Procesión de Santa Lucía por las calles de Sevilla
Foto: Rafael Márquez

Luce los correspondientes emblemas: aureola de santidad, bandeja con los ojos, espada martirial y palma de triunfo. Se computan tres intervenciones: Una por Castillo Lastrucci, al hacerse cargo de ella la Hermandad; otra en 1959 por Manuel Cerquera, quien estofó los ropajes con diáfanos colores; la última y más reciente, por el profesor Juan Manuel Miñarro, con criterio estrictamente científico y conservador. Considerada como especial abogada de los ciegos y padecimientos oculares

(antaño la veneraban también mucho las modistillas), sus estampas y fotos han trascendido hasta fuera de la capital. Todo esto motivó que pasara del altar a la calle, del ara a las andas. Estas se ennoblecen con sensacional peana del siglo XVIII, adquirida al monasterio de Santa Paula, y que es precisamente uno de los conjuntos arquitectónicos más grandiosos y estimables entre los pasos de Gloria. Francisco Ruiz construyó los respiraderos en 1938 y Juan Pérez Calvo los candelabros mayores en 1961, añadiéndole poco después los candelabros menores. El ajuar corporativo consta de dosel, tallado por el mismo Pérez Calvo; varas, ciriales e incensarios de Jesús Domínguez, etc.
Coincidiendo con su onomástica, la hermandad celebra devoto besamanos a la imagen de Sta. Lucía el día 13 de diciembre de cada año.

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  [ Procesión de Santa Lucía 2004  ]

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