25 de Noviembre

Imagen titular de la Iglesia de Santa Catalina. Sevilla
Altar Mayor. Foto: Rafael Márquez

Alejandría fue fundada por Alejandro Magno, que no quería pasar a la historia sólo como guerrero, sino también como mecenas de los sabios. Alejandría será conocida en el mundo de las letras por su famosa universidad, por su célebre escuela y por su biblioteca. Una de las siete maravillas del mundo estaba también aquí, el faro de Alejandría. Hubo otros faros luminosos, como Plotino, Filón, Porfirio, Orígenes, Tertuliano, Atanasio, Cirilo.

En la amalgama de pueblos y razas en la que se había constituido esta urbe empezó a tener  mucha influencia la religión cristiana. Según una antigua tradición, la Iglesia de Alejandría fue fundada por el evangelista San Marcos. Tuvo luego la mejor escuela catequética de su tiempo, el Didascaleo, donde enseñaron grandes maestros: Tertuliano, Orígenes, Lactancio, San Clemente Alejandrino y San Dionisio de Alejandría.

    Faro más luminoso que el Faro de Alejandría

Aquí nació Santa Catalina, faro más luminoso que el faro de Alejandría y que todos los sabios. La leyenda áurea la presenta con grandes elogios. El nombre de Catalina -la pura, la blanca- respondería a una linda princesa, hija del rey siciliano Costo, nacida en Alejandría a fines del siglo III.
Posee Catalina una personalidad radiante y popular por cuádruple motivo: como hermosa, como sabia, como virgen y como mártir. Grandes artistas, como Van Dyck, Memling, Leonardo y el Veronés, plasmaron en sus lienzos los Desposorios de la virgen alejandrina con Jesucristo».
Un providencial encuentro con el ermitaño Trifón allanó las dificultades. Catalina creyó y se bautizó. Y se dice que Cristo aquella misma noche celebró con ella los místicos Desposorios. Ya es filósofa cristiana.

Santa Catalina. Iglesia de San Andrés. Sevilla
Autor: Francisco Pacheco

Yo pondré las palabras en vuestra boca, y una sabiduría a la que no podrán resistir, ni contradecir todos vuestros enemigos. (Lucas, 21, 15).

    Santa Catalina Virgen y Mártir

Desposorios místicos de Santa Catalina. Juan de Valdés Leal
Museo de Bellas Artes. Sevilla

La intrepida virgen Catalina se presenta audazmente ante el sanguinario Maximino Daia para recriminarle su conducta con los cristianos. Maximino se siente deslumbrado por su elocuencia. Concierta una disputa pública. Se enfrenta Catalina a cincuenta renombrados doctores. Con versos de Homero, con citas de Platón, con textos de los profetas, unidos a su gracia y elocuencia, no sólo deshace los argumentos de sus adversarios, sino que les convierte a casi todos, y sellan su fe con el martirio.
A Catalina le aplican la rueda con cuchillos. Pero se rompe en vez de lastimarla. Finalmente le llega la muerte por la espada. La desposada se iba al cielo a celebrar las bodas con su celestial Esposo. La leyenda dice que cuando la espada cortó la cabeza no brotó sangre sino leche y los ángeles recogieron su cuerpo y lo alzaron hasta el Monte Sinaí, donde reposa desde entonces.

  [ Domus Dei: Iglesia de Santa Catalina. Sevilla ]  

[ Index ]  [ Domus Dei ]  [ Patronas ]  [ Reportajes ]  [ Glorias ]  [ Reportajes ]  [ Santoral ]

Copyright © 2002- Rafaes

 

Queda prohibida la reproducción total o parcial de las fotografías
 sin la autorización previa y expresa de su autor