20 de Junio 2009*. Sábado posterior al Domingo del Corpus Christi

La devoción al Corazón de María nació en el siglo XVII como consecuencia del movimiento espiritual procedente de San Juan Eudes, en correlación con el culto del Sagrado Corazón de Jesús, a la liturgia como una conmemoración dentro de la Misa del Sagrado Corazón antes de convertirse en el contenido fundamental de una fiesta especial, en el siglo XIX.

En 1942, con ocasión del vigésimo quinto aniversario de las apariciones de Fátima, Pío XII consagraría el mundo al Corazón Inmaculado de María. «María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón».

Esta reflexión de San Lucas en el evangelio de la infancia de Jesús sirve como telón de fondo a la liturgia de esta fiesta. María es, en efecto la imagen de la Iglesia y el modelo de todo cristiano, verdadero discípulo que escucha la Palabra, la conserva en su corazón y da fruto con perseverancia

Inmaculado Corazón de María. Hermandad de Claret

Foto: Rafael Márquez

    Ntra. Sra. de Fátima y el Inmaculado Corazón de María

Inmaculado Corazón de María. Iglesia de San Antonio

 María Claret. Sevilla. Foto: Rafael Márquez

La Virgen María en sus apariciones en Fátima anunció a Lucía que Dios quiere establecer en el mundo la devoción a su Inmaculado Corazón. Aboga igualmente por el rezo del Santo Rosario. Así en palabras transmitidas a Lucía el diez de diciembre de 1925 la Virgen le dice:

"Mira mi Corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan sin cesar con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme y di que a todos los que durante cinco meses en el primer sábado se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen el Rosario y me hagan compañía durante quince minutos meditando los misterios del Rosario con el fin de desagraviarme, les prometo asistir en la hora de de la muerte con las gracias necesarias para su salvación."

    La Iconografía del Inmaculado Corazón de María

En su iconografía aparece con túnica rosa, manto azul, corona de estrellas, y sobre el pecho un corazón con llamas de amor por la humanidad. Está rodeado por rosas alusivas a su pureza y lo atraviesa una daga en símbolo de los siete dolores que sufrió la Virgen María; su mano izquierda lo señala y con la derecha nos bendice. También existe la opción de representarla con el Niño Jesús en sus brazos, con su mano dirigiendo la atención del creyente hacia el Inmaculado Corazón de su Madre.

Inmaculado Corazón de María
Azulejo en la Iglesia de San Gonzalo. Sevilla

   [ Glorias de Sevilla: Inmaculado Corazón de María. Hdad. del Claret ]

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