La
Línea de la Concepción y la devoción a la Purísima que ostentará el
patronazgo de esta joven Ciudad andaluza, tienen su origen en la perdida
de Gibraltar como consecuencia del tratado de Utrech. En 1704 es invadida
la plaza de Gibraltar por las tropas de la Reina Ana de Inglaterra que
apoyaban al pretendiente al trono español Carlos de Austria. El Rey
Felipe V ordena al Marqués de Villadarías, que ponga sitio a la plaza
para rendir a los ingleses que la habían ocupado. Fracasado los diversos
intentos de asedio, el ejercito español establece una guarnición
permanente en esta zona y crea el Gobierno Militar Del Campo de Gibraltar.
Ante la dilación de la reincorporación de Gibraltar al territorio
español y ante los intentos expansionistas de los británicos, España
recurre a una medida de singular importancia: la construcción de los
fuertes de Santa Bárbara y San Felipe unidos por una línea defensiva
(1731-1780). Junto a esta defensa militar se va formando poco a poco, una
modesta aldea que constituye el germen de la futura Ciudad. Con el cese de
las hostilidades van acudiendo personas venidas de lugares cercanos de
Cádiz y Málaga y así se van levantando un núcleo de población
dependiente de San Roque. Los habitantes de estas tierras se dedicaron al
comercio, la industria, agricultura y pesca. El 17 de enero de 1870, se
autoriza la petición de los vecinos de segregarse de San Roque. El
Ayuntamiento en su primera sesión del 30 de julio de 1870, procede a la
designación del nombre con el que habría de ser conocida de entonces en
adelante a la población y por unanimidad fue aprobado llamarse La Línea
de la Concepción, por ser la Inmaculada patrona de la Infantería
española. El pueblo siempre la veneró y celebró por patrona; la
devoción la Inmaculada culmina cuando el 28 de enero de 1925, concede el
nombramiento canónico de su patrocinio sobre la Ciudad. En los Jardines
del Ayuntamiento hay un monumento a dónde en la noche del 7 al 8 de
diciembre todo el pueblo acude a felicitar a la Virgen el día de su
fiesta. |