En
el Convento de Santo Domingo los gaditanos veneran a su Patrona, la Virgen
del Rosario, que recibe fervoroso culto en el camarín central de su
retablo mayor. La imagen actual, inspiración de la antigua desaparecida
en los disturbios de 1931 víctima del fuego, es obra del imaginero
sevillano José Fernández-Andes, a pesar de ello, la devoción sigue
intacta a través de los siglos.
La Hermandad del Rosario, integrada en principio por los esclavos negros
residentes en la ciudad, surge a finales del siglo XVI en la antigua
ermita del Rosario, hoy parroquia del mismo nombre. Con la llegada a la
ciudad de los frailes dominicos y la fundación de su convento, estos se
hacen cargo de la dirección espiritual de esta hermandad, que se traslada
llevando consigo a su imagen titular al nuevo templo, en 1636. Esta
creciente devoción motiva que a partir de 1691 el capuchino Fray Pablo de
Cádiz fundara una por una hasta quince compañías espirituales que cada
noche cantaban públicamente los misterios del rosario por las calles de
la ciudad. Por otro lado, la intervención milagrosa de la Virgen del
Rosario en las epidemias de 1681 y 1730, motiva que en 1755 el
Ayuntamiento de la ciudad tuviese a bien nombrarla Patrona y Protectora
de la Ciudad de Cádiz, patronazgo que la Santa Sede, mediante bula
firmada por Pío IX, ratifica el
25 de junio de 1867. Una vez reanudado el culto a la imagen tras el
incendio del convento y de su propia imagen, se ponen en marcha la
concesión de su coronación canónica, la cual efectuó sobre las
benditas sienes de la Señora, el Cardenal y Arzobispo de Sevilla, don
Pedro Segura, el 4 de mayo de 1947. Además, desde el 26 de mayo de
1967 ostenta la vara de Alcaldesa Perpetua de la ciudad.
La imagen procesiona dos ocasiones al año, en la festividad del Corpus
Christi y en el día de su onomástica. La misma tiene lugar el día 7 de
octubre, y viene precedida de una novena y una multitudinaria ofrenda
floral. Durante estos actos, el pueblo canta los gozos que el Beato Fray
Diego de Cádiz le dedicó:
"Cantemos con devoción a la que es de Dios Sagrario; Señora, por
tu Rosario, logre yo mi salvación". |