Como
último acto en la celebración del Tercer Centenario Fundacional tuvo
lugar durante los días 6, 7 y 8 de diciembre de 2003 un besamanos
extraordinario a la venerada imagen de la Primitiva Pastora de Nuestras
Almas. La Virgen lucía sus mejores galas, manto celeste y saya blanca
en consonancia con la festividad de la Inmaculada Concepción. El
sombrero pastoreño fue sustituido por una mantilla blanca que dejaba
admirar en todo su esplendor el bellísimo rostro de tan excelsa
señora. Candor y pureza de niña virginal concebida sin mancha de
pecado original. |