A los catorce años, tiene que
abandonar precipitadamente sus estudios para trabajar en el que ha sido su
primer y único empleo durante mas de 50 años, en un comercio tradicional
de la calle José Gestoso, dejando así de lado su vocación artística, que
ya solo practicará profesionalmente realizando para Casa Rubio recuerdos
de Sevilla , pintando toreros, bailaores y rincones de la ciudad, en
carteras y abanicos, con la soltura y frescor que da el dominio del
dibujo. Tras este amplio paréntesis, en el año 2003, coincidiendo con su
jubilación recibe el encargo de la realización del cartel conmemorativo
del 250 aniversario de la fundación de la Hermandad de los Gitanos, siendo
este el arranque de una nueva andadura personal y artística inspirada en
temática cofrade, que hace que se despierte su creatividad y se empape de
un ambiente que hasta entonces no había cultivado. Oleos, acuarelas y
carboncillos que reflejan ante todo la belleza de la imaginería y la luz
de esos días en las calles. Realismo, dramatismo, colores valientes,
fuertes contrastes, y sobre todo la permanente presencia del dibujo, con
una calidad y limpieza en el trazo, difíciles de encontrar. En fin, como
también es difícil definir o catalogar esta forma de expresarse
artísticamente, que escapa a tecnicismos, modas o estilos y que
sencillamente solo busca, conmover y llegar al alma. |