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"Nunca dejes de mirarla,
Y proclama a voz en grito
Que la Reina de la Gloria
Viene ya entrando por Vidrio.
A lo lejos, donde ensancha
Sus márgenes como un río
La calle acerca sus labios
Para besar cada hilo
De su manto de clavel
En el aire suspendido.
No temas mirar su rostro,
Nimbado del gozo vivo
Con que Dios sembró en su Madre
La esencia del Paraíso.
No temas, aunque a tu espalda
De hambre, de muerte o de frío
Sientas que por nuestra culpa
Presientes llorar a un niño,
Mírala cuando el dolor
Pretenda ocupar el sitio
De aquella felicidad
Que Dios puso en tu destino.
Mírala, que han levantado
Su paso, y marchan contigo
Todos los que ayer la amaron
Y hoy en el cielo son brillo
Que canta el avemaría
De un rosario vespertino.
Ay, antigua judería,
El mágico laberinto
Donde descubrí a mi Virgen,
A ese tesoro escondido
Que solo alcanzan aquellos
Que navegan entre trinos
De palomas de callejas
Y gorriones dormidos.
Vidrio ya se va estrechando,
Presiento el escalofrío
De muros que por besarla
Más que nunca están unidos
Ahora que el sol de su ráfaga
Va a dibujar el prodigio.
Mírala, sigue mirándola
Deja el pincel suspendido
Y mira como la noche
Se hace lienzo de suspiro
Cuando la ve atravesar
El imposible camino.
Y sé que en este momento
Vuelven de nuevo los lirios,
El dolor que te amenaza
Las miradas que has querido
Que ayer la veían pasar
Y que ya no están contigo.
Pero su cara no miente,
Abrazado lleva al Niño
Que hizo trizas a la muerte
Y escribió con trazos limpios
Todas esas oraciones
Que creíste en el olvido.
Mírala, que los balcones
Parecen no dejar sitio,
La música ya ha parado,
El reloj se ha detenido.
Ya no hay tiempo, ni dolor
Ni muerte en nuestro camino.
¡Ay, Madre, que no hay milagro
Mayor que estar ahí contigo,
Que ya se lo que es el Cielo
Sin haberlo conocido!
El pueblo, rodilla en tierra
Avanza, traga un suspiro.
¡Vamos, que ya queda poco!
¡ Mira que lleva prendido
En el iris de su gloria
El semblante de Dios mismo!
¡Mírala que ya está fuera,
Arriba, que este es el sitio!
Ya la elevan a los cielos
En el instante preciso,
Mira a la Madre de Dios,
Que se termina el camino,
Mírala y dile que siempre
Con el eterno castigo
Que en la muerte te amenaza,
Con lo que quieran decirnos,
Vas a gritar a los vientos
Porque se lo has prometido,
Que ya no existe el dolor
Porque en Sevilla ha nacido
La Alegría de la Tierra
Por los siglos de los siglos.
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