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25 de Diciembre |
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Nacimiento. Iglesia de Sta. María la Blanca. Foto: Rafael Márquez |
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El Nacimiento del Nuevo Sol |
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Entre las
fiestas que explican el misterio de Cristo, fuera del ciclo pascual
tenemos las fiestas de Navidad y Epifanía. Hoy existen con dos nombres
diversos: la del 25 de diciembre, Navidad y la del 6 de enero,
Epifanía. La distinción y coexistencia de ellas data de finales del s.
IV y principios de s. V. Al
principio, en la primera mitad del s. IV las dos fiestas eran una única
celebración de Encarnación del Verbo, pues mientras este misterio se
celebraba en Oriente el 6 de enero con el nombre de
"Epifanía", en Occidente el Natalis Domini (nombre que le
daban en Roma) era celebrado era el 25 de diciembre. El día
de Navidad aparece en Roma en el documento llamado Cronógrafo
Filocaliano que data de 336. Tratándose de un calendario litúrgico
parece cierto que la indicación no sea una simple muestra histórica
sino el dato de una fiesta en cuanto se considera que las demás fiestas
parten del 25 de diciembre. Fuera de
Roma en África, el nacimiento es atestiguado ya por Optato de Milevo
(360 A.D.) festejando también la adoración de los magos con la fiesta
del 25 de diciembre. En Oriente la fiesta del nacimiento comienza
aparecer al final del siglo IV, En el 380 Gregorio Nacianzeno la
introduce en Constantinopla (In Sancta Lumina, PG 36, 349). Un discurso
tenido el 20 de diciembre por San Juan Crisóstomo, en ese tiempo
sacerdote de Antioquía, nos informa que la primera vez en el año 386
se celebra el nacimiento en aquella ciudad el 25 de diciembre como
fiesta distinta de la Epifanía (del 6 de Enero) que era una fiesta
venida de Roma. Una
explicación que históricamente parece probable a la fecha del 25 de
Diciembre como fecha del nacimiento de Jesús es la que ve en la fiesta
del nuevo sol, o sea la Natalis Invicti, como se decía entonces. El
culto al sol estaba en gran auge por el mitracismo y fue de una última
gran ofensiva contra el cristianismo precisamente en el siglo IV. Así
fue un gran honor para los emperadores del siglo tercero, entre ellos
Aureliano, quien erigió un gran templo en honor al sol en Roma en campo
Marcio, teniendo como símbolo el sol, por la gran ofensiva continuada
bajo Aureliano el Apóstata (335). La fiesta por excelencia del sol fue
así el solsticio de invierno en cuanto representaba la anual victoria
del sol sobre las tinieblas y caía el 25 de diciembre. El
cronógrafo (el 354) señala el nacimiento de Cristo, el 25 de diciembre
en el mismo día que el calendario civil señalaba Natalis Invicti. Inspirada por las escrituras y por las circunstancias ambientales, la simbología de la luz y del sol como referencia a Cristo fue muy desarrollada y consagrada por los cristianos. Podemos citar algunos textos bíblicos como el salmo 18 "Ha hecho del sol su morada", "resurgirá para nosotros el sol de justicia" (Mal 4, 2), "Vendrá a visitarnos el sol, símbolo de Cristo y el mismo rezar vueltos hacia el oriente estaba difundido entre los cristianos en el momento en que se celebraba el nacimiento astronómico del sol, en presentar también al verdadero sol: Cristo. San Jerónimo queriendo explicar que el nacimiento de Cristo debe ser celebrado el 25 de diciembre dice: "Hasta aquel día (25 de diciembre) crecen las tinieblas y desde aquel día disminuye el error y viene la verdad. Hoy nace nuestro sol de justicia" ( Sermón, in Anecd. Mared III 2, 297). Y San máximo de Turín (mitad del s. IV) afirma: "En un cierto Y tiene razón en este día el nacimiento de Cristo vulgarmente dicho el nuevo sol ... Con gusto aceptamos este modo de hablar porque con el nacimiento del Salvador resplandece no sólo la salvación del género humano, sino también la luz del sol" (Sermón 2, PL. 57, 537). Extraído de http://www.churchforum.org.mx |
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